S’Illot, Punta de n’Amer, Calas de Portocristo

 

Descripción

Recorrido muy largo combinando dos rutas por la costa del levante de Mallorca. En la primera parte salimos de s’Illot, visitando su poblado talayótico y ya por la costa nos dirigimos a la Punta de n’Amer, dando una preciosa vuelta a la península, visitando al Castell de n’Amer, una torre fortificada que data del siglo XVII, disfrutamos de una panorámica espectacular desde su tejado.

En la segunda parte, regresamos a s’Illot y emprendemos la marcha hacia Porto Cristo, recorriendo la costa de Manacor y algunas de sus calas, como Cala Morlanda y Cala Petita. Además veremos otro poblado talayótico, Sa Ferradura, paisajes indescriptibles, búnkeres, en fin, para no parar de hacer fotos.

Itinerario
  • S’Illot
  • Platja de sa Coma
  • Bunkers
  • Ses Canteres de n’Amer
  • Punta de n’Amer
  • Cota 32 metros
  • Castell de n’Amer
  • Es Morràs
  • Platja de Sa Coma
  • Cala Morlanda
  • Caló de’n Rafalino
  • Cala Petita
  • Yacimiento Sa Ferradura
  • Porto Cristo
  • Cala Morlanda
  • s’Illot

Poblado talayótico de s’Illot

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La ruta se inicia con la visita del poblado de s’Illot, dentro del municipio de Sant Llorenç des Cardassar. Es fácil de localizar, ya que se encuentra en pleno casco urbano, concretamente la calle Rosa dels Vents, conduce a una plaza rodeado de hoteles, en dónde se levanta el impresionante poblado.

Este conjunto fue excavado por una misión de la Universidad alemana de Marburg a partir de 1965, que llevó a cabo un planimetría de todas sus construcciones. Es uno de los poblados clásicos de Mallorca. Pudo tener unas 35 habitaciones y albergar unos 190 habitantes. Destaca su impresionante muralla, que queda al borde mismo de la carretera y el gran talayot, situado en el lado nordeste.

Un aspecto importante es la existencia de una cueva, con un pequeño lago de agua dulce, en el mismo subsuelo del talayot. Este yacimiento ofrece la posibilidad de pasearse por las construcciones de su interior, dando una idea de cómo vivían en esa época los habitantes del poblado.

Platja de sa Coma y bunkers

Tras la visita al poblado, nos dirigimos hacia al mar, por un bonito paseo que nos llevará a la playa de Sa Coma, una de las mejores de Mallorca con unas dimensiones aproximadas de 30 metros de ancho y 800 metros de longitud. Localizada entre Sa Punta de n’Amer, Área Natural de Especial Interés, y la zona rocosa de s’Illot, la playa de Sa Coma nos ofrece un largo arenal, aguas claras y transparentes y, en sus profundidades, grandes bancos de posidonia.

Recorremos la playa por encima de la arena y al finalizar la playa, entramos en un terreno más rocoso por un sendero que bordea la costa. El paisaje es magnífico, nos encontramos dos bunkers abandonados que fueron construidos para impedir el desembarco de las tropas republicanas durante la guerra civil española.

Ses Pedreres o canteres de n’Amer

Continuamos cerca de la costa, el terreno se vuelve un poco más incómodo y va ganando altura, pasamos junto al Morro NegreSa Regata y sa Pesquera del Vicari. Y en pocos minutos, llegamos a una cantera abandonada (Ses Pedreres o canteres de n’Amer), donde se crea una especie de estanque de agua salada muy pintoresco.

Punta de n’Amer

El sendero continua por la parte superior de las canteras, esta zona por la parte posterior. Desde esta zona, se puede contemplar el camino de carro que descendía hasta la cantera. Superamos el cabo de Sa Proa y, justo después, vienen las cuevas llamadas des Bancalet y des Coloms. Llegamos al cabo de la Punta de n’Amer y el sendero gira 90 grados en dirección oeste.

La Punta de n’Amer es una península de unas 200 hectáreas situada entre las zonas turísticas de Cala Millor y Sa Coma, dentro del municipio de Sant Llorenç des Cardassar. En el año 1985 la Punta de n’Amer fue declarada Área Natural de Especial Interés por el Parlamento Balear debido a su interesante fauna y flora. Esta protección implica la prohibición de acampar, de construir o de efectuar cualquier acción perturbadora del entorno.

Las vistas son magníficas, al fondo se puede contemplar la zona de Cala Millor hasta Cabo Pinar. Nos dirigimos al castell de n’Amer, pero antes coronamos una pequeña cima que tiene un vértice geodésico en dónde vale la pena descansar un rato y disfrutar de las espectaculares vistas.

Castell de sa Punta de n’Amer

Seguimos por el camino y en breve llegamos al castillo de la Punta de n’Amer (conocido popularmente como Es Castell), una de nuestras joyas de la arquitectura defensiva del siglo XVII. Junto a la fortificación se encuentra un bar-restaurante.

Antes de proseguir con la ruta, visitamos el castillo, dentro hay un pequeño museo y por una escalera de caracol, accedemos a la plataforma superior. Las vistas son espectaculares, además hay un cañón colocado en buen estado de conservación.

Es Morràs, Sa Coma

La visita al castillo nos han encantado, volvemos al camino de tierra en dirección norte, pasando por Es Morràs y llegamos cerca de Cala Nau. Justo antes de entrar en la zona urbanizada, cogemos un camino que alterna tierra y algún tramo de arena que cruza la península y regresamos de nuevo a la playa de Sa Coma, finalizando la primera parte de la ruta.

s’Illot, Cala Morlanda

La segunda parte se dirige hacia Porto Cristo, ya dentro del municipio de Manacor. Primero pasamos por un pequeño muelle con algunas barcas, justo delante está el islote que da nombre al lugar (s’Illot). Continuamos por el paseo marítimo y llegamos a Cala Morlanda, una cala de piedras situada en la urbanización con el mismo nombre. Es una cala poco frecuentada preparada con unas escaleras de roca que llegan hasta el agua. Es un lugar muy estrecho pero de mucha costa de dimensiones aproximadas de 90 metros de largo y 12 metros de ancho.

Caló de’n Rafalino, Cala Petita

Además podremos ver algunos bunkers integrados en la roca, y llegamos a otro rincón precioso denominado Caló de’n Rafalino, una bahía rocosa que forma la parte suroeste de Cala Morlanda. Detrás de la playa, en el lado oeste de la bahía, se encuentran las ruinas de un pequeño edificio (escar de’n Rafalino), ahora medio derrumbado que debió servir como refugio para pescadores. El topónimo lleva el nombre de los pocos edificios de Can Rafalino en la carretera que va desde Cala Morlanda hacia el interior.

Seguimos por el precioso sendero cercano a la costa, pasamos por el Racó de s’Home Mort y llegamos a una de las calas más bonitas de la costa de Manacor, Cala Petita. Esta cala, se encuentra aproximadamente a un kilómetro al este de la urbanización de Porto Cristo. Forma un entrante alargado entre el cabo rocoso sa Ferradura al suroeste y el entrante nororiental Racó de s’Home Mort.

La playa de Cala Petita, formada por arena y piedras, tiene sólo unos 20 metros de largo y unos 30 metros de ancho, está flanqueada por rocas que forman una costa acantilada hacia el final de la bahía.

Yacimiento Sa Ferradura

Continuamos la ruta visitando otro yacimiento arqueológico, ubicado en la pequeña península y el Istmo de Sa Ferradura, un lugar estratégico y natural de defensa. Se trata del yacimiento de Sa Ferradura es un asentamiento costero fortificado sobre un promontorio costero, considerado por los historiadores como la fortificación más antigua de Mallorca.

Se accede a través de un acceso natural estrecho, defendido por diversas líneas amuralladas escalonadas. La superior constituye una muralla considerable, que cierra el acceso al asentamiento. Está formada por dos tramos cóncavos construidos mediante técnica ciclópea, unidos en ángulo, con una longitud total de unos 18 metros. Dentro del recinto fortificado encontramos dos habitaciones, en una, que debía ser un recinto a cielo abierto se encontraron siete hogares y en la otra era una habitación cerrada con puerta de acceso.

Los pobladores de este sitio durante el bronce antiguo (1.100 – 900 a.C.) utilizaron Sa Ferradura para defenderse de la tierra firme. En la época en que se utilizó el yacimiento en la prehistoria se caracterizaba por grandes tensiones entre los poblados vecinos. Este contexto se podría relacionar con los cambios sociales que condujeron a la aparición de la cultura talayótica.

Porto Cristo, Cala Morlanda

Seguimos por el sendero cercano a la costa tras la visita del yacimiento. Podremos ver la Cueva del Dimoni y entramos en Porto Cristo, por el extremo este, concretamente por la Calle del Llaüt. Desde esa misma calle, se inicia un camino de tierra que se introduce por el interior, no muy lejos de la costa.

Es un camino muy bonito y muy bueno para correr, plano y que es una gran alternativa para volver a Cala Morlanda por una ruta circular. Podremos ver algunas fincas y paredes secas que tendremos que cruzar o saltar.

El camino conecta con Cala Morlanda y regresamos a s’Illot por el camino peatonal. Una vuelta muy larga, de más de 20 km. Evidentemente se puede hacer en dos partes, nosotros hemos juntado dos rutas en una para aprovechar más el día, tal y como he comentado en la introducción. Evitar los meses de más calor para hacer este itinerario, no hay muchas sombras y el sol pega fuerte.

Mapa topográfico

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Poblado s'Illot

Castell de n'Amer

Historia

Ya en 1585, en el contexto de los constantes ataques e incursiones de piratas y corsarios norteafricanos en las costas de Mallorca (siglos XV al XVIII), el virrey identificó por primera vez la necesidad de construir una torre defensiva en Punta de n’Amer.

Después de otro gran ataque en 1611, el ayuntamiento de la ciudad de Manacor, a cuya zona pertenecía entonces la península, decidió en 1617 construir la torre, pero inicialmente no pudo realizarse por motivos económicos. La construcción del castillo no se inició hasta 1693, después de que el capitán de Muro fuera capturado durante una de estas incursiones en la isla el 4 de septiembre de 1688, junto con algunos pescadores, motivando que el Consejo General de Mallorca diera entonces su apoyo.

La torre, terminada en 1696, sirvió no sólo como defensa directa para los residentes de la costa este, sino también como torre de observación y notificación. Formaba parte de la red de fortalezas costeras de Mallorca, formada por un gran número de torres sobre las que se desplegaba el cuerpo de guardia de torres.

En Es Castell se apostaron tres guardias de la torre con arcabuces , mosquetes y pistolas de cañón largo ( Espingardes ), todas pistolas , así como garfios . La plataforma superior también estaba equipada con dos cañones de bronce de diferentes calibres . Para defenderse de los ataques directos, la fortificación estaba rodeada por un foso excavado en la roca, que se podía cruzar mediante un puente levadizo . En caso de defensa, el puente elevado protegía la puerta de entrada a la torre.

Cuando la amenaza de ataque disminuyó a mediados del siglo XIX, la torre fue subastada y pasó a ser propiedad privada. Durante la Guerra Civil Española de 1936 a 1939, la península de Punta de n’Amer fue una importante base militar. El castillo sirvió como lugar de noticias para la red nacional de interceptación y como depósito de suministros para los nacionalistas .

La península de Punta de n’Amer , incluidas partes de la costa este, fue ocupada brevemente por tropas republicanas desde mediados de agosto hasta principios de septiembre de 1936 en la » Batalla de Mallorca «. Después de su retirada, los franquistas utilizaron la torre de defensa para vigilar las aguas costeras orientales. Construyeron una dependencia al pie del castillo para alojar a los soldados. 

Castell de n’Amer

Es Castell se encuentra a una altitud de 35 metros sobre el nivel del mar. Está realizado con sillares de la típica roca mallorquina de Marès, extraída en la Punta de n’Amer , y es una mezcla de torreón cúbico y pirámide rectangular. Ubicado en las dunas, estaba totalmente orientado al combate con armas de fuego. Se accede al mecanismo del puente levadizo y a las cuatro troneras de cada lado a través de un parapeto de madera que recorre el interior. En el foso que rodea la fortificación hay una especie de aljibe y un búnker de almacenamiento.

Se accede a la plataforma superior de la torre a través de una escalera de caracol de piedra. Un cañón tipo escorpión colocado en la plataforma de armas muestra que la costa frente a la torre de defensa podría pintarse en consecuencia. En 1969 la torre, incluido el puente levadizo de madera, fue restaurada y devuelta a su estado actual. El interior alberga varias vitrinas en las que se exponen objetos y documentos sobre la historia del edificio. El castillo es de libre acceso para todos durante el día.

Actualmente, la fortaleza está en terrenos de propiedad privada, declarados Área Natural de Especial Interés por el Parlamento de las Islas Baleares.

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