En este tramo, nos encontramos en un entorno señalado por la historia y la leyenda. Primero nos encontramos con la Roca de la Verge Maria y por la izquierda, una cruz denominada Creu dels Apestats, ubicada dentro de las garrigas de la finca de Binicomprat, construida en 1711 y que señala el lugar de enterramiento de 60 habitantes de Algaida muertos durante la peste que asoló a Mallorca el año 1652. Este cruz se levantó en memoria de esa gente, está construida sobre una curiosa base triangular.

Seguimos por el camí de Castellitx poco más de 1 km, y lo abandonamos para continuar por caminos rurales hacia el camí Vell de Porreres, que abandonamos por la derecha casi enseguida por una pista de tierra con muy buenas vistas y que seguimos durante 1 km más o menos y conectará con el camí de la Pau de Castellitx, señalizado con un poste del Ayuntamiento de Algaida, el cual nos llevará a la Ermita de la Mare de Déu de la Pau de Castellitx.

Conectamos con el camino de la Ermita y llegamos al conjunto de Castellitx, formado por
Castellitx d’en Barra d’Or, Castellitx de la Pau y la Iglesia de la Mare de Déu de la Pau de Castellitx, situada sobre una colina que fue ocupada desde la época romana y que fue alquería en época musulmana, un lugar precioso y con mucha paz.

Seguimos la ruta, después de disfrutar del lugar sagrado, y dejamos Castellitx atrás por un sendero que nos llevará a lo que es el lugar más pintoresco y bonito de la ruta. Llegamos a una esplanada atravesada por una hilera de plataneros que acompañanan a un torrente y al lado un pozo (Pouet del Torrent), una pasada de lugar, y una postal preciosa.

Seguimos por el camino de la Drecera de la Pau, pasamos por una cadena que cierra el acceso a los coches y regresamos de nuevo por el camino del cementerio hacia el punto de partida en Algaida.

En definitiva, una preciosa vuelta, de orientación no fácil y con lugares de postal que vale la pena visitar.