Descripción
Itinerario
- Ermita de Sant Llorenç (Ctra. Sa Calobra-Cala Tuent)
- Camí des Torrers
- Pas Esbaldragat
- Pared seca
- Caseta i Ermita
- Torre de Cala Tuent
ejamos los vehículos en el Coll de Sant Llorenç, situada en la carretera de La Calobra a Cala Tuent, justo a lado de la iglesia homónima, que data del siglo XIII. Las vistas son increíbles desde la iglesia, Cala Tuent aparece delante de nuestros ojos y es una postal bellísima.
Detrás de la iglesia, buscamos las indicaciones para empezar la subida hacia la torre, no es fácil encontrarla, hay alguna fita que nos ayuda e iniciamos la subida hasta enganchar un antiguo camino de Torrers, con paredes (marges) que van haciendo zig-zag.
Seguimos por el camino empedrado, que no está en muy buen estado y que va subiendo entre abundante vegetación (mata, carritx). Nos vamos aproximando a una pared seca y, un poco antes de llegar, hay un tramo del camino que está medio derrumbado y en el que hay montado un cable para poder pasar, hay que tener cuidado.
Enseguida atravesamos la pared seca por un portillo sin barrera y proseguimos por el sendero que a tramos es difícil de seguir, debido a la abundante vegetación que cubre la zona. Ya podremos divisar a lo lejos la torre y dos pequeñas construcciones que antaño servían de refugio a los Torreros y que actualmente se han reformado en una caseta y una pequeña capilla.
En menos de una hora llegamos a la base de la torre y las dos construcciones. Por unos escalones de hierro entramos a la torre y accedemos a la parte superior en donde se abren unas vistas espectaculares de Cala Tuent y toda la Sierra Norte, una pasada, además tuvimos un día muy despejado como se ve en las fotos.
La torre , está situada a 472 metros de altitud, tiene 12 metros de altura y 8 metros de diámetro, está bien conservada, en la cámara interior, tiene una chimenea con dos alacenas que da muestra de la vida que llevaba aquella gente que hacía guardia en la torre.
También hay una abertura a la que se accede por unos escalones de hierro clavados en la pared y dentro una escalera de caracol, da acceso a la parte superior de la torre. Arriba disfrutamos de las vistas y hay instalado un cañón que servía de defensa para disuadir las invasiones que Mallorca sufrió durante siglos.
Descendemos por el mismo sitio, disfrutando de nuevo de los bellísimos parajes de la zona. Una breve pero intensa excursión que en verano se puede completar con un baño en las cristalinas aguas de Cala Tuent.