Cruzada la pared seca, se inicia un sendero en dirección Orient fácil de seguir, se nota que no está muy transitado, se trata de el camí de Ca’n Grau, un antiguo camino que servía de comunicación con la finca de Ca’n Grau y la vertiente de Orient. Está bien conservado, sobre todo el tramo que llega hasta la Balma des Nanets. Se puede seguir sin problemas, más adelante aparece un banco de piedra, para que la gente pudiera descansar por el camino.

Balma des Nanets

El camino de herradura continua y unos 2 km desde el inicio de la ruta, llegamos al lugar protagonista de la ruta, la Balma des Nanets, un lugar muy singular con un pozo en medio y con unos azulejos encima que dan nombre al lugar (Nanets). Un poco más abajo hay un abrevadero para animales. Un conjunto de restos que dan muestra de la actividad humana que se llevó a cabo hace no tantos años.

A pocos metros del lugar, un poco antes de llegar a la cueva, vamos en busca del Pas de Ca’n Grau, un paso que comunica rapidamente Ca’n Grau con la Comuna de Bunyola. El paso no es difícil de encontrar pero sí es complicado de superar, aunque no lo parezca. Se trata de una pared empedrada muy vertical y cuya dificultad radica en las pocas presas que hay para poder subir. Hay que ir con sumo cuidado.

Al superar la pared, no hay apenas complicaciones, veremos una grieta en la roca y para continuar, hay que escalar una pared por la derecha por la que veremos ya el bosque de la comuna y seguiremos en tendencia derecha, luego aparecerá un sendero bien marcado que nos llevará al camí des Grau. 

No paramos de buscar rincones perdidos por la Serra, y por la Comuna de Bunyola hay muchos.