Descripción
AVISO IMPORTANTE: El camí de Cala Castell tiene problemas de paso, informarse antes de pasar por este camino o cambiar de itinerario.
Itinerario
- Cala Sant Vicenç (Pollença)
- Camí dels Presos de Coves Blanques
- Camí de la Mola
- Puig de Cornavaques (548 m)
- Camí de Cala Castell
- Pas dels Pescadors
- Camí dels Presos de Coves Blanques
- Cala Sant Vicenç (Pollença)
na excursión realmente preciosa y que nos permitirá disfrutar de panorámicas únicas sobre la costa norte de Mallorca. La ruta se inicia en Cala Sant Vicenç, hay que subir por un tramo de escaleras entre un conjunto de chalets y enseguida se accede a la pista que da inicio al Camí dels Presos, un camino construido por los presos republicanos durante los años de la guerra civil española. Este camino conduce hasta los túneles y pozos situados en la base del Puig de l’Águila, que debían servir para instalar baterías militares, que al final no se llegaron a colocar.
Enseguida aparece una barrera metálica cerrada, que hay que superar por un lado. A los pocos metros de superarla, hay que abandonar el camino (indicado con una fita) por la izquierda para ir ascendiendo por un sendero estrecho e invadido por la vegetación, en dirección a la Serra de Cornavaques. Este no es el único camino para ir hacia Cornavaques, el otro, va en dirección al Pas des Pescadors y que enlaza con el de esta ruta pasado el Puig de la Mola, tal y como se puede ver en el mapa topográfico.
Es una subida exigente, sin apenas camino y algún tramo que hay que poner las manos. Está bien señalizado con fitas, siendo el primer objetivo y punto más alto de la ruta, el Puig de Cornavaques (548 m). La dureza de la subida, se ve compensada de sobra con las panorámicas que se divisan de la costa norte mallorquina, destacando la Serra del Cavall Bernat y el Cap de Formentor.
La primera cota por la que pasa la ruta es el Puig de la Mola, que se rodea por la izquierda y al llegar a la parte superior ya se pueden contemplar las panorámicas de la Sierra de Cornavaques y la cima del Puig de Cornavaques, está bien indicado con fitas. Además, las vistas van mejorando con la altura, con un día despejado es realmente espectacular, como se aprecia en la fotos.
El Puig de sa Mola se rodea por su izquierda y al llegar a su base, ya se puede divisar la Serra de Corvavaques y el Castell del Rei, las panorámicas son espectaculares. Hay que proseguir en dirección suroeste y a continuación hay un tramo que transcurre pegado a las paredes de la montaña por una especie de cornisa estrecha, este tramo es bestial.
El sendero continua atravesando la Serra de Cornavaques, por un terreno invadido por la vegetación pero bien señalizado que conduce sin pérdida hacia la cima del Puig de Cornavaques (548 m), punto más alto de la ruta y con las mejores vistas, realmente espectacular como se puede apreciar en las fotografías.
Desde la cima, hay que descender hacia el Vall de Ternelles, rodeando la cima, sin camino ni fitas. El descenso es muy incómodo, ya que la abundante vegetación no deja ver el suelo. El objetivo es llegar al Camí de Cala Castell, a la altura del Castell del Rei, y poder descansar un poco las piernas.
Ahora hay que seguir por la pista hacia Cala Castell, mientras se puede disfrutar del espectáculo que ofrece el Castell del Rei, uno de los tres castillos roquers de la isla. El Vall de Ternelles es un lugar muy especial y único, y a medida que se va avanzando y descendiendo hacia Cala Castell, el tiempo se detiene, es una gozada este camino.
Hay que descender unos 2 km por la pista de Cala Castell para abandonarla justo en una marcada curva, en donde hay unos muros de contención, para iniciar la fuerte subida hacia el Pas des Pescadors. Un antiguo paso utilizado por pescadores y contrabandistas que no entraña dificultad, pero las personas con vértigo pueden tener problemas, ya que es un paso expuesto y con algun tramo muy estrecho para pasar. Pero las vistas que se pueden contemplar son de primer nivel y compensan el esfuerzo.
Una vez superado el vertiginoso paso, esta ruta se dirige en dirección al Puig de l’Àguila, no con la finalidad de alcanzarlo, si no por su cercanía a los acantilados de Cala Extremer y Sa Punta Galera, pudiendo disfrutar de unas panorámicas de cine. Siguiendo las indicaciones y fitas, se sigue descendiendo sin problemas por la vaguada para enganchar más abajo el Camí dels Presos o Camí de ses Coves Blanques, construido por los presos republicanos duante la guerra civil española.
Por último, ya sólo queda seguir hacia Cala Sant Vicenç durante poco más de 1 km para finalizar esta increible y cansada ruta por uno de los parajes más bellos de la isla. Una ruta de primera división sin ninguna duda, no aconsejable hacer por gente no acostumbrada a moverse por estos terrenos o que tenga serios problemas de vértigo.
Galería
Mapa topográfico
Track GPS
Wikiloc
Lugares de interés
Camí dels Presos
En muchas ocasiones, vamos de excursión por la Serra de Tramuntana por su amplia red de caminos y no nos paramos a pensar en los protagonistas de su construcción. La mayoría de caminos y senderos de montaña, tenían una finalidad de comunicar poblaciones o fincas, ya sea para transportar bienes o personas. También hay caminos de contrabando, que como ya se sabe, fue una actividad muy importante en la isla, sobretodo en tiempos de la guerra civil y posguerra.
Pero también hay otros caminos que fueron construidos por los presos republicanos en los años de la guerra civil, generalmente con finalidad militar. Esta ruta transcurre en la parte final por uno de esos caminos en la zona de Pollença, se trata del Camí de ses Coves Blanques o Camí dels Presos. Este camino arranca en Cala Sant Vicenç y finaliza en el Puig de l’Águila.
La vida de los prisioneros en Mallorca
La acumulación en las prisiones de Can Mir, Provincial, y Castillo de Bellver de numerosos detenidos, tiene como consecuencia que las autoridades fascistas se planteen, coincidiendo con nuevas necesidades defensivas de la isla, trasladar los prisioneros en campos de concentración. A partir de 1937, las cárceles están masificadas debido a la gran cantidad de presos bajo detención gubernativa, es decir no sometidos a ningún juicio. Esta circunstancia converge con una nueva política defensiva encaminada a fortificar Mallorca.
La construcción de una red de baterías de costa, implica llevar a cabo una mejora de comunicación entre centros operativos, es decir el marco de accesos en la costa, construyendo nuevas carreteras. Para este trabajo son utilizados los presos, y como consecuencia, la instalación de los primeros campos de concentración. El primer campo abierto, fue cerca del balneario de Sant Joan de la Fontsanta en la población de Campos, y a partir de éste, se ponen en marcha nuevos campos en Alcúdia, donde se proyecta la construcción de un aeropuerto, y en Ses Salines, que debe completar la cobertura aérea de la isla junto con las bases de hidroaviones de Puerto de Pollença, y en Son San Juan.
Esta política defensiva tiene como consecuencia que los campos de concentración estén situados en zonas cerca de las costas mallorquinas. Así, en diferentes periodos durante, y una vez finalizada la guerra, hay campos de concentración en «Son Muleta» (Sóller), Enderrocat (Regana), Sa Farineta y Son Cal·lar (Campos), Felanitx, Albercutx (Pollença) y La Victòria (Alcúdia).
Los campos de concentración se nutren, en buena parte de presos gubernativos; pero también, a medida que avanza la guerra, los procesados con edad militar, pasan a engrosar los batallones disciplinarios, que son enviados a realizar trabajos de gran dureza en los campos.
De esta manera, a la vez que se descongestionan las cárceles, unicamente quedan detenidos en la Provincial y en Manacor; los militares disponen de una mano de obra gratuita para alcanzar sus objetivos defensivos. Por otra parte, la improvisada prisión de Can Mir, se cierra, finalizada la guerra, y los detenidos políticos son enviados a Formentera donde se monta otra campo de concentración, de condiciones de vida durísimas.
En Pollença hubo tres campos de concentración, donde republicanos detenidos simplemente por haber cometido el único delito y exclusivo de ser fieles a la legalidad republicana democrática, fueron obligados a realizar trabajo en obras públicas. Es lo que se denomina «los esclavos de Franco». Los campos fueron los siguientes :
- Un campo en el Puerto de Pollença de 1937 a 1939; los prisioneros construyeron la carretera de la bahía que une el Puerto de Pollença con Alcúdia.
- Otro campo en Albercutx de 1937 a 1941, construyeron la carretera que va de la Creuta de Formentor a la Atalaya de Albercutx, donde se instaló una batería antiaérea para defender la base de hidroaviones.
- Y el tercer campo de concentración en la Cala Sant Vicenç, que fue abierto ya en la posguerra, en 1940 y duró hasta finales de 1942. La mayor parte de los prisioneros eran soldados republicanos venidos de la Península. Su trabajo consistía en construir un camino hasta Ses Coves Blanques, donde se había de instalar una batería de costa. Finalmente no se llegó a colocar ninguna pieza de artillería y todo el trabajo fue inútil.
En abril de 2005, del Ayuntamiento de Pollença levantó tres monumentos en recuerdo de los prisioneros de los campos de concentración en Pollença. « A la memoria de los presos republicanos que, para mantenerse fieles a la democracia ya la libertad, fueron obligados – entre 1937 y 1940 – a abrir caminos como este » .
Fuente : Alternativa per Pollença
Documentos de Interés
Castell del Rei
El monumento más emblemático de Pollença y uno de los tres castillos roquers de la isla, se encuentra a 500 metros de altitud en un peñasco aislado e inaccesible. Una fortaleza inexpugnable, ya que su acceso es muy complicado, al otro lado hay acantilados muy verticales e inaccesibles. Su nombre se debe al rey Jaime I, conquistador de Mallorca y está catalogado como Bien de Interés Cultural.
Desde aquí los árabes resistieron el asedio de las tropas cristianas durante siete años, tras los cuales pasó a manos del rey Jaime I. En el s. XVI se utilizó como lazareto (hospital) para alojar los posibles contagiados por la peste, y posteriormente se integró en la red de vigilancia.
La entrada a la fortaleza estuvo protegida por una pequeña muralla de la que únicamente queda un segmento semiderruido. Con toda probabilidad también contaba con puente levadizo. El paso está actualmente bloqueado con una reja. El castillo dispone de saeteras. En su ángulo sur hay restos de lo que fueron tres torres. El norte, inexpugnable, no precisaba de mayor protección que un pequeño muro. En la explanada situada ante la puerta del recinto se alzaba la capilla –dedicada a San Gabriel–, los aposentos del gobernador del castillo, un horno de pan, almacenes y aljibes.
El origen del Castell del Rei, también llamado Castell de Pollença es desconocido. En los alrededores se han hallado vestigios de un poblado talayótico y no es de extrañar que los romanos utilizaran este lugar como atalaya de vigilancia. Lo seguro es que los musulmanes lo utilizaron para levantar una fortaleza. Durante la Conquesta sirvió de refugio a las huestes de Xuaip, que ofrecieron fuerte resistencia. Jaume I se reservó su propiedad, hecho que podría explicar su nombre.
El episodio que le ha dado fama fue el sitio a que fue sometido por Pere IV el Ceremoniós. El castillo fue el último bastión fiel a Jaume III, enfrentado a su cuñado. Resistió un asedio de tres meses. Por decreto, en el año 1715 se forzó su abandono y entró en decadencia, acelerada en nuestros días.
La vista panorámica desde el Castell es impresionante, amplísima: al sur, el puig Tomir y el puig del Ca de Míner; hacia poniente, el puig Gros de Ternelles, punta Beca y la costa brava de Tramuntana; al norte, los acantilados de Can Canten i Dormen y más hacia levante, punta Topina, Cala Castell, punta Galera, Cala Estremer, la serra del Cavall Bernat y el cap de Formentor; y hacia levante, el pas dels Pescadors, por el que se accede a la cala Sant Vicenç, y las sierras de Sant Vicenç, Cornavaques y la de la Font.
Fuente : Diario de Mallorca