El tramo inicial empieza con una corta e intensa subida, y enseguida se enlaza con el camino de las fincas de Bàlitx, el paisaje es de ensueño, pasando entre marjades y oliveras. A 2 km. del inicio, llegan las casas de Bàlitx d’Amunt, a la derecha se puede observar el bosque de Bàlitx, en la ladera del puig de la Bassa. Hay que dejar a la izquierda la finca y continuar cruzando el portillo por la derecha, por donde continúa el camino de carro. A poca distancia, se encuentra la font de Bàlitx , una preciosa fuente empedrada de gran interés arquitectónico, las casas de Bàlitx d’Enmig, y, continuando en descenso, a unos 4 km del inicio, la singular finca de Bàlitx d’Avall, en la que destaca su torre de defensa.

Desde la finca, hay que cruzar el torrente de na Mora y seguir en dirección norte hacia el coll de Biniamar por el camí de na Cavallera, un precioso camino empedrado y muy duro ya que la pendiente es importante. El camino desemboca en una pista ancha de tierra, que es el camino principal para acceder a la finca de Bàlitx d’Avall. En este punto, hay que seguir ascendiendo, la pendiente se endurece mucho, pero no demasiado tiempo, hasta llegar al Coll de Biniamar, accidente geográfico que separa el valle de Bàlitx y sa Costera. Del coll parte, hacia la izquierda, el camino de la torre de na Seca, antigua atalaya de señales de difícil acceso, construida entre los años 1584 y 1586, que se comunicaba con la torres vecinas, torre Picada, junto al Port de Sóller, y torre des Forat de Cala Tuent.

Cala Tuent. Die Balearen

Desde el coll de Biniamar desciende rápidamente por El Bosquet. A poca distancia, sale por la izquierda un camino que conduce a las casas de sa Costera, la possessió más alejada de la zona de Escorca. La ruta sigue hacia Cala Tuent, hacia la derecha, por en un paisaje de gran belleza, silencioso y salvaje. Las vistas son únicas, de las más bonitas de la Sierra de Tramuntana, a unos 9 km del inicio se alcanza el coll de na Polla, cerrado por una pared. Ahora el camino, empedrado, desciende primero entre pinos y luego por un olivar, pasando por las casas de Capapuig, la curiosa figura del Pa de Figa i el Restaurant Es Vergeret. Desde el restaurante en pocos minutos se alcanzan las primeras construcciones de Cala Tuent, una de las pocas playas de la Costa de Tramuntana.

En definitiva una ruta de ensueño, sin ninguna dificultad técnica y un placer para los sentidos desde el primer metro recorrido. Mejor hacerla en invierno, ya que la vuelta desde Cala Tuent es muy dura en los meses de calor.