Desde el pozo, hay que continuar recto y seguir ascendiendo por el camí de sa Talaia Vella, un precioso camino empedrado que fue mandado construir por el Archiduque Luis Salvador y en el que se puede disfrutar de unas vistas excepcionales. A casi 1 km. desde el Pozo, se ubica uno de los miradores más bonitos de la Sierra de Tramuntana, se trata del Mirador de ca’n Costa, también llamado Mirador de ses Puntes, con unas vistas únicas de la marina de Valldemossa y el mar mediterráneo.

Dejando atrás el mirador, se continua la ruta por el camí de sa Talaia Vella, en su cima hay un vértice geodésico y un poco más adelante una caseta-refugio que mandó contruir el Archiduque Luis Salvador para que el viajero pudiera descansar y reponer fuerzas. Desde ese punto se contemplan unas fabulosas vistas de la costa norte de la isla. El camino continua, ahora en descenso hasta el Coll de s’estret de Son Gallard, lugar estratégico con unos bancos de piedra y en donde se cruzan tres caminos : el camino de sa Talaia Vella, el camino de sa muntanya (hacia Son Gallard y Ermites Velles) y el que sube del Pla des Pouet. Desde los bancos de piedra hay que continuar ascendiendo hacia el tramo más famoso del Camí del Arxiduq, una vez cruzada una pared seca, el camino está empedrado y en su parte más alta se puede disfrutar de una de las mejores vistas de la Sierra de Tramuntana con la Foradada en primer plano.

Seguir el camí de s’arxiduq, sobre el km. 6,5 está el punto más alto de la ruta, el Puig Caragolí (645m.), una atalaya con vistas extraordinarias. Un poco más adelante ya se podrá ver a lo lejos una planicie con un grupo de pinos en medio, llamado Pla des Aritges. Desde ese punto, continuar recto por el camí de ses fontanelles en dirección al Pla des Pouet, un precioso tramo empedrado, con dos puntos de interés a destacar, el Mirador de ses Basses, obra del Arxiduq y el Pas de’n Miquel. Al llegar al Pla des Pouet, ya sólo queda regresar a Valldemossa por el mismo camino de subida, pasando de nuevo por la font de s’abeurada.

Decir como conclusión que es una ruta maravillosa, comentar que al transitar gran parte del camino por terreno empedrado, las piernas sufren un serio castigo, pero queda compensado por las maravillosas vistas y como no, el cami de s’arxiduq, una joya arquitectónica obra del Archiduque Luis Salvador y que gracias a este personaje, la sierra de Tramuntana tiene estos caminos, miradores y fincas que hoy en día se pueden disfrutar por los excursionistas.