Desde la barrera, hay que continuar por un sendero muy estrecho e invadido de vegetación en algún tramo, pero durante pocos metros ya que enseguida aparece otra pista de tierra por la que se continua descendiendo sin dificultades. Al llegar a la finca de Son Ordines, ya en el Clot d’Almadrà, el camino se desvía un poco a la izquierda por un senderillo evitando pasar por dentro de los terrenos particulares de las casas. Al llegar a la entrada de la finca, hay que desviarse por el GR-221 en dirección a Tossals Verds.

El tramo que viene a continuación es precioso, ya que transcurre al lado del Torrente de Almadrà con unas paredes verticales espectaculares. Si el torrente además lleva agua, es una auténtica maravilla. Al pasar la barrera que da acceso a Tossals Verds, a pocos metros hay que coger el desvío hacia Alaró, está indicado con postes indicadores. Cruzando el puentecito y barrera de madera del torrente, hay que seguir por el GR-221 por el precioso camino entre oliveras y paredes secas. El resto de la ruta no presenta ninguna dificultad, al llegar a un collado con una caseta se continua en descenso por el camí de Solleric, pasando por la finca y regresando al coche por el mismo camino inicial.

En total son unos 16 km, el tramo del Clot d’Almadrá y la subida cercana al torrente es el tramo más bonito. Una ruta interesante para hacer en invierno y en época de lluvias ya que el torrente de Almadrà lleva agua el paisaje está cubierto de un manto verde.

En el lateral de la derecha, desde la entrada principal, está la escalera que conduce a la casa de los señores, cubierta por un altísimo porche sostenido por dos esbeltas columnas octogonales. Frente a la entrada está la almazara, antiguamente uno de los centros más activos y representativos de Solleric. El centro de la clastra está ocupado por un cuello de cisterna octogonal, coronado por una cruz. En un ángulo de la clastra, destaca un contrafuerte redondeado.