Coma Fosca, Coma de n’Arbona y Camí dels Cingles (Nevado)

 

Descripción

ComaFosca

AVISO IMPORTANTE: Esta excursión en el día de hoy, no se puede realizar, es zona de Exclusión Medioambiental. Además el camí dels Cingles es privado, hay que pedir permiso a la propiedad.

Ruta sólo apta para gente experimentada en montaña, además en esta ocasión se hace con nieve. La Coma Fosca es una subida muy exigente del Puig Mayor, el esfuerzo se compensa con la belleza de la Coma de n’Arbona y el pintoresco Camí dels Cingles. 

Itinerario
  • Plataforma des Funicular
  • Porxo Esbucat
  • Camí dels Cingles
  • Sa Coma Fosca
  • Carretera Base Militar Puig Mayor
  • Coma de n’Arbona
  • Carretera Sóller a Lluc
  • Camí dels Cingles
  • Coll dels Cards Colers
  • Font de Sabauma
  • Porxo Esbucat
  • Plataforma des Funicular

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E

l itinerario que se describe a continuación es una de las rutas más exigentes y espectaculares de Tramuntana. La excursión arranca en la plataforma del funicular, cerca del km. 2 de la carretera de Sa Calobra, en donde se inicia el camino habitual para acceder al camí dels Cingles o des Binis. Tras una corta subida inicial hacia el porxo Esbucat, ya nos adentramos en una de las zonas más bonitas de la Sierra, el pintoresco Camí dels Cingles o Camí des Binis, más conocido por ser el camino de acceso a las fincas de Bini Gran i Bini Petit.

Las vistas son espectaculares, a la derecha destacan las fisuras del torrent des Gorg des Diners que desembocan en Cala Tuent, y las del Torrente de Pareis que acaban en Sa Calobra, además con el mar mediterráneo de fondo es un paisaje de postal. El primer gran objetivo de esta ruta enseguida se puede ver como una colosal vaguada que da acceso al Puig Mayor y que se denomina Coma des Ribell más conocida como sa Coma Fosca, debido a que el sol no entra mucho en su interior.

Continuamos caminando por el camí des Binis, pasamos la zona de s’Alzina Fumadora y a unos 2 km desde el inicio, nos desviamos por un senderito señalizado en donde se inicia la larga y durísima subida de unos 2 km hacia Puig Mayor por la Coma Fosca que además en esta ocasión está nevada. Las fotos hablan por sí solas, al estar nevada es mucho más bonita, tenemos la suerte de que la nieve es compacta y podemos avanzar sin grandes complicaciones. Alcanzamos la cota de 1400 metros, cerca de la Base EVA7 del Puig Mayor, saliendo de la coma en la carretera que sube a la base.

Descendemos 2 km por la carretera y la abandonamos para coger el sendero que nos llevará a la Coma de n’Arbona, una bajada preciosa que está situada entre el Penyal des Migdia y la Coma de Son Torrella, y como además está nevada, es mucho más impresionante. El descenso es rápido, ya que la nieve ayuda a deslizarnos por la pendiente. Destacan las cases de neu que se ven al lado del camino, denominadas cases de neu de sa Coma de n’Arbona y que son restos del legado que nos dejaron nuestros antepasados nevaters que se dedicaban al oficio tan duro de almacenar la nieve. En la parte inferior de la coma, podremos ver la font des Coloms.

Tras 2 km de espectacular descenso, salimos de sa Coma de n’Arbona y salimos a la carretera de Soller a Lluc, hay que descender en dirección Sóller unos 300 metros, a la derecha sale un camino ancho que da inicio al Camí des Binis que tenemos que recorrer en su totalidad hasta llegar al punto de inicio. En total desde el desvío hasta la plataforma des Funicular hay unos 7,5 km, es un camino largo con algunos toboganes pero que se disfruta mucho, las vistas y los parajes son inigualables. 

El primer km y medio es de subida que se hace dura, y con bastante nieve en el camino, pasamos por el singular Coll des Cards Colers, que coge el nombre de una planta (Card Coler) parecida a una alcachofa. Más adelante el camino desciende en pendiente suave, en la última parte vuelve a ascender hacia el Porxo Esbucat, un poco antes podremos ver la zona del Pla den Gumbau y la font de Sabauma.

En definitiva, una vuelta colosal y muy exigente, siendo unas de las rutas de alta montaña mejores de la Sierra de Tramuntana.  

Mapa topográfico

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Lugares de interés

Plataforma des Funicular

Funicular

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En 1934 se presentó en el Teatre Principal de Palma el proyecto de la «obra cumbre de la ingeniería mallorquina» para ascender con facilidad al techo de la isla, que frustró la Guerra Civil. Dicho proyecto consistía en un funicular que uniera la carretera de la Calobra con el puig Major y que construir en su cima un observatorio astronómico, un aero-faro, un gran hotel restaurante, chalets y una estación de deportes de nieve y alpinismo.

Las obras llegaron a iniciarse, el objetivo era «potenciar una nueva manera de hacer turismo», aunque el proyecto, finalmente, fue interrumpido por la Guerra Civil y abandonado definitivamente cuando el tratado de España con Estados Unidos determinó que se levantara una gran instalación militar en el techo de la isla.

De aquella idea hoy solo queda un marge de pared seca junto a la carretera que baja a la Calobra; se le conoce como la plataforma del Funicular y marca el punto de partida de una excursión que transcurre por la ladera norte del macizo del puig Major. El ingeniero y promotor cultural Antoni Parietti Coll (Palma 1899 – 1979) fue quien se propuso la construcción de este imponente medio de transporte. Miembro fundador del Círculo de Bellas Artes y de la Orquestra Simfònica, proyectó, entre otras, las carreteras de Cura, Formentor y sa Calobra. 

Parietti, que por aquel entonces era ingeniero de la Diputación Provincial de Balears, concibió la idea del funicular durante las obras de la carretera de Cals Reis a sa Calobra, en 1928. El suyo iba a ser un funicular aéreo de características similares al de Montserrat, en Barcelona. Constaría de dos estaciones, una inferior, en Cals Reis, y otra superior, a más de 1.400 metros de altura, y cubriría una distancia de 2.016 metros, salvando un desnivel de 715 metros, con una pendiente media del 36 por ciento. Para evitar desplazamientos laterales de los vehículos, que tendrían una capacidad para 25 personas y un conductor, estaba prevista la construcción de tres torres intermedias. Esta previsto que la distancia se cubriera en diez minutos, lo que posibilitaría la realización de diez viajes completos por hora.

El objetivo del funicular no era otro que facilitar el acceso hacia una zona virgen (entonces no existía la carretera actual que sube hasta la cima del puig Major) y potenciar una nueva manera de hacer turismo. Según su autor, de la construcción del funicular aéreo se podrían derivar toda una serie de actuaciones posteriores (la instalación de un observatorio astronómico o de un faro para la orientación del transporte aéreo) y el desarrollo de actividades relacionadas con el deporte de la nieve.

El objetivo del funicular no era otro que facilitar el acceso hacia una zona virgen (entonces no existía la carretera actual que sube hasta la cima del puig Major) y potenciar una nueva manera de hacer turismo. Según su autor, de la construcción del funicular aéreo se podrían derivar toda una serie de actuaciones posteriores (la instalación de un observatorio astronómico o de un faro para la orientación del transporte aéreo) y el desarrollo de actividades relacionadas con el deporte de la nieve.

El coste de su construcción, que fue aceptado por la firma Bleichord-Zueg, ascendía a dos millones de las pesetas de entonces e incluía la apertura de un restaurante en la cima. Parietti calculó que en solo un año, con la visita de doce mil usuarios, cubriría la inversión. El ingeniero supo vender su plan y pronto la prensa, no solo la mallorquina, se hicieron eco de sus propósitos. «Mallorca podrá contemplarse a sí misma» gracias al funicular de Parietti, tituló la revista Brisas en su número XXI de 1936. «La ascensión al famoso Puig Major es ahora penosísima, imposible para muchas personas. Con el funicular -cuyas obras han comenzado ya- el ascenso será rápido y cómodo. Tras un interesante recorrido por caminos abiertos a través de los más abruptos parajes, llegaremos hasta el vehículo que nos transportará en vuelo mágico sobre los impresionantes peñascales de la sierra, hasta la cumbre del monte», añadía.

El estallido de la Guerra Civil y posteriormente la Segunda Guerra Mundial hirieron de muerte el proyecto de Parietti, debido al embargo de los suministros metálicos que tenía que remitir la firma alemana Bleichord-Zueg. Tras la contienda, cuando se reemprendieron las negociaciones, el proyecto ya no era rentable económicamente. Los costos se habían disparado, aumentado en un mil cuatrocientos por cien. Y ahí se acabó la historia del funicular. Pero Parietti no se rindió ante su deseo de poner el puig Major al alcance del público, así que planteó la posibilidad de construir una carretera de peaje hasta la cumbre, proyecto que fue aprobado. Pero cuando se iban a iniciar las obras, el Gobierno español dio el visto bueno para la construcción de una instalación militar.

En 1978, un año antes de su muerte, Antoni Parietti seguía creyendo en su gran obra, el funicular. En declaraciones a este diario afirmaba que su idea le seguía pareciendo «magnífica, pues en esencia consistía en poner el puig Major al alcance del público y del turismo. El paisaje no habría resultado dañado en absoluto dadas las especiales características de los funiculares aéreos».

Fuente : diariodemallorca

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