Descripción

Itinerario
- Deià
- GR221 – Refugi de Ca’n Boi
- Camí des Ribassos
- Camí de sa Pesta
- Camí de Castelló
- Ermita de Castelló
- Bens d’Avall
- Cala Alconàsser
- Camí des Pintors
- Cala Deià
- Camí de sa Vinyeta
- Deià
niciamos la ruta por el camino habitual desde Deià, enganchando el GR221 en el refugio público de Ca’n Boi. Pasamos por la pica de agua que viene de la font des Molí, y enseguida alcanzamos el precioso camí des Ribassos. Los primeros metros del camino transcurren por sendero estrecho, cubierto de hierba y rodeado de huertos y jardines. Muy pronto hallaremos un botador de madera que deberemos pasar, en un paso entre precipicios.
En los alrededores del camino iremos encontrando helechos y culantrillos; y en verano, amapolas. En mirada retrospectiva, los riscos de Es Teix, altivos, se perfilan por encima de los cerros. El paisaje se irá abriendo montaña abajo y en unos minutos llegaremos a un olivar, donde tomaremos el tramo de camino empedrado que restauró Fodesma. Pasado un puente que salva el torrente Major, nuestro camino muere en la carretera asfaltada de Cala Deià.
Al otro lado de la carretera según llegamos del Pont des Torrent, un botador marca el Camí des Pont de sa Cala o Camí de sa Pesta que, cuesta arriba y en dirección norte, lo seguimos y llega a la finca de Son Bujosa. Este camino fue trazado para conectar el Camí Reial de Valldemossa a Deià con el Camí de Castelló, sin transitar por la población. La razón era el miedo al contagio de la peste que llegaba con los viajeros. En 1652 un barco contaminado que había llegado a Sóller desde Cataluña sembró la muerte: una epidemia de peste bubónica se extendió de Sóller a Deià, llegando incluso hasta Palma.

Deià – Die Balearen
Este camino sale a la carretera de Deià a Sóller y tenemos que ir en dirección a Sóller unos minutos hasta enganchar del Camí de Castelló o Camino de Deià a Sóller. Subimos por unos escalones y enseguida cogemos una calle asfaltada en una fuerte pendiente. En pocos minutos, la abandonamos por un sendero señalizado que dale por la izquierda. Este fabuloso camino transcurre suave entre pinos y olivos con unas magníficas panorámicas sobre la costa, con LlucAlcari l els Còdols Blancs (curiosas rocas blancas cerca de la costa).
Al llegar a las magníficas cases de Ca’n Prohom y la Ermita de Castelló, cambiamos la dirección y nos dirigimos hacia el refugio de Muleta, pero en esta ocasión descendemos a la urbanización de Bens d’Avall y llegamos al mar, visitando la bella Cala Alconàsser. Desde la cala, regresamos al camino y hay que fijarse a la izquierda, en dónde se inicia un sendero que nos llevará durante un buen rato, hacia Cala Deià.
Se trata del Camí des Pintors, una ruta que transcurre por los acantilados y con restos de senderos y miradores que hizo construir el Archiduque Luis Salvador de Austria. Un camino fácil, únicamente con algún tramo resbaladizo pero en general sin complicaciones. Es una maravilla este tramo, totalmente idílico y pintoresco.
Al llegar a Cala Deià, regresamos a Deià por el camí de sa Vinyassa, un camino restaurado y que aún conserva restos de empedrado. Así se hace la ruta más circular. En definitiva una ruta para disfrutarla y ver los rincones más bonitos de la isla.
Mapa topográfico
Galería

Tras hacer un tramo por carretera, llegamos al camí de Castelló, ruta tradicional para acceder de Deià a Sóller. Es uno de los tramos más bonitos del GR221

Llegamos a las cases de Ca'n Prohom, ya cerca de Sóller, una parada obligatoria en donde las vistas del Vall de Sóller son increibles. En la imagen se ve la Ermita de Castelló.

Cerca de la cala, a la izquierda, arranca un sendero que nos llevará paralelos a la costa hacia LlucAlcari y Cala Deià

El tramo que recorre la costa es conocido como la ruta de los pintores, creo que no hace falta explicar porqué.

El sendero no es difícil de seguir, hay algún tramo un poco resbaladizo, hay que tener cuidado, pero en general se puede hacer por cualquier persona.

Ruta de los pintores, pasamos por restos de construcciones y marjades que no están muy bien conservadas, una lástima.

Este lugar, como otros tantos en la isla, da una idea de la actividad agrícola que se llevaba a cabo por los habitantes de la zona.

Durante la ruta, abunda mucho el pino y las diversas variedades de mata. El olor que desprenden estas plantas es una maravilla.

Ruta de los pintores, los colores y el entorno son de postal. Es una ruta para no parar de hacer fotos.