Este camino continua en fuerte ascenso hacia el Coll de Son Marill, desde donde sale una encrucijada de caminos, en la parte central, se pueden observar las ruinas de unas casas, conocidas con el nombre de l’hostal del Coll de Son Marrill, las cuales servían de posada para la gente y los animales que transitaban por el camino de Palma de Puigpunyent. También se puede observar un hito, el cual marca la delimitación de tres ayuntamientos (Palma, Calvià y Puigpunyent).

La ruta continua por el camino de la izquierda en fuerte ascensión y algún tramo está hormigonado debido a la fuerte pendiente. Ya en la parte más alta se llega a una nueva bifurcación, a la izquierda se llega al Puig des Revells, y a la derecha continua hacia los Puntals de Valldurgent, que es por donde sigue la ruta. Ahora el camino desciende y se observan unas excelentes vistas de Tramuntana Sur, con el Puig Galatzó como protagonista al fondo. Al llegar al Coll de Son Camps, hay un bosquecito de pinos y una nueva bifurcación, a la izquierda conduce a las canteras de Son Quint, por lo tanto hay que seguir ascendiendo hacia los Puntals de Valldurgent en cuya cima se puede observar a gran distancia la torre de vigilancia de incendios.

El camino se bifurca en dos, ambos se unen más adelante y conducen sin pérdida als Puntals de Valldurgent, la única diferencia es que cada uno ellos transcurre por un lado diferente de la pared seca delimitadora. Esta ruta en la ida va por el lado derecho de la pared seca, y en la vuelta por el contrario. A poca distancia de la torre de vigilancia contra incendios, hay que atravesar la pared seca y a pocos minutos se llega al punto más alto de la ruta, los Puntals de Valldurgent con la torre de vigilancia en la cima. Desde ese punto, el Coll des Vent, está a menos de 2 km. de distancia.

Desde el Coll des Vent, hay que retroceder por el mismo camino de ida, esta vez por el otro lado de la pared seca, hasta llegar a la bifurcación del Puig des Revells, que ahora se sigue recto hasta ver el vértice geodésico. Desde la cima, se inicia un precioso descenso con una panorámica única de Palma, para en poco tiempo llegar hasta las antiguas y abandonadas canteras de Son Quint, por cierto, un lugar de especial interés al haber por esa zona formaciones endocarsticas, siendo las más conocidas las Cuevas del Pilar.

Una vez pasadas las canteras, la ruta llega a su fin, pasando primero por la urbanización Pinar Parque, golf de Son Quint y acabar en el punto inicial, el cementerio de la Vileta. En definitiva, una ruta muy interesante, sin salir de Palma, con vistas excelentes pese a su baja altura, pero desaconsejable hacer en verano, al menos en las horas centrales del día, ya que gran parte de la ruta transcurre sin sombra. Además también es exigente, los primeros kilómetros son bastante exigentes.

En ella se encuentra el Mirador de n’Alzamora, pequeño refugio con terraza desde el que se obtiene excelente vista del mar, a Calviá, y a los montes del norte y del este. Dicha sierra fue, hasta principios del siglo XX, un conocido lugar de pastoreo de verano para los rebaños de la zona, de hecho, se conoce el altiplano central con el nombre del Coll dels Pastors (443 m.). En este altiplano aún se conserva el cruce de caminos que conducen a Génova, al Coll de Sa Creu y a la zona de Calviá. Aún hoy se puede recorrer toda la sierra por estos caminos, hoy modificados, que trascurren desde La Vileta, donde enlaza con el Camí Vell de Puigpunyent, hasta las repetidoras de TV situados ya prácticamente en Santa Ponsa.

La Sierra presenta una estructura geológica relativamente complicada. Uno de los valores naturales más importantes de esta sierra son los endocàrsticos (cuevas y simas). Más de un centenar de cavidades están descritas y topografiadas en esta zona, entre lás más famosas y visitadas son las cuevas de Génova, y lascuevas del Pilar. Además de ser hábitat de quirópteros también lo es de invertebrados endémicos, alguno descubierto recientemente.

Junto al muro de entrada del camposanto, permanecen las tumbas más antiguas, no faltan en este pequeño y hermoso cementerio las huellas del paso literario. En él están enterrados el escritor y fundador de la Societat Arqueològica Lul·liana Bartomeu Ferrà Perelló y su hijo, también escritor y perteneciente a la Escola Mallorquina de poesía,Miquel Ferrà. Sin duda un camposanto muy singular y especial.